De la sangre derramada,
con los ojos del momento,
se apaga la vida incauta,
se prestan al desconsuelo,
prebendas desmedidas...
del cántaro de las rimas.
Surgen abrazos sin medida,
en campos del corazón,
del pilar de los antojos,
al coleccionista de desconsuelos,
le trajo un bosque sin hadas,
es un giro del destino,
una piedra del camino.
Se acaban los manjares,
de aquel pan ya son migajas,
de un buen vino que te contagia,
es la risa que se desbarata,
restauró su alma errante,
a la vida ya tiene apego,
los contornos del querer,
ya son pasto del ayer.
Pedro M. Girón.
Muy bonita Pedro, me ha gustado mucho. Un abrazo!!!
ResponderEliminarGraciasss otro para ti guapa
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