La liturgia del pecado, se convirtió en indulgencia, por desconsuelo el espacio, que separan los años...
En la estancia del cielo, ángeles y querubines, danzas de luz y sacramento, de pronto el ocaso...sufrimiento.
En el túnel del tiempo le vio, se dirigió al purgatorio, alma en pena sin dirección, se estrecharon los sentimientos.
Por buscar la absolución le rezó, a los dioses del amor, los demonios del dolor, cobraron vida y fragancia.
En las puertas del cielo... donde el deseo se hace fruto, se desgajan los antojos, le bendice sus bellos ojos.
En el altar sin remisión, por testigos de alabanza, sin su cuerpo el norte perdió se oscurecieron las lunas... su primavera se marchitó.
P.M.G. |
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