Escucho la llamada desde el otro lado de la realidad y regreso contigo,
oigo el incesante soplido del hálito de vida que aun me toca compartir,
acaricio con mis manos la luz que me alumbra y me conduce a mi nueva vida.
Palpo el maravilloso secreto que has susurrado mientras andaba volando,
veo la llegada de tu calor y despierto dichoso como volviendo a nacer,
saboreo la esencia de la vida y me aferro al destino como soldado de fortuna.
Percibo el olor del abrazo y el candor de tus ojos, me quedo contigo hasta el fin,
llorar de alegría y reír de tristeza, abandonar el cielo para regresar al edén,
recitar poesía y volar por las noches, tocar las estrellas y encender la velada.
El sonido del silencio y el rugido del nuevo día,
me acompañan hasta tu rostro,
dos espigas de plata enlazan las voces,
ya no quiero partir estoy unido a ti.
oigo el incesante soplido del hálito de vida que aun me toca compartir,
acaricio con mis manos la luz que me alumbra y me conduce a mi nueva vida.
Palpo el maravilloso secreto que has susurrado mientras andaba volando,
veo la llegada de tu calor y despierto dichoso como volviendo a nacer,
saboreo la esencia de la vida y me aferro al destino como soldado de fortuna.
Percibo el olor del abrazo y el candor de tus ojos, me quedo contigo hasta el fin,
llorar de alegría y reír de tristeza, abandonar el cielo para regresar al edén,
recitar poesía y volar por las noches, tocar las estrellas y encender la velada.
El sonido del silencio y el rugido del nuevo día,
me acompañan hasta tu rostro,
dos espigas de plata enlazan las voces,
ya no quiero partir estoy unido a ti.
por mucho que arrecie el temporal,
ella siempre guía mi travesía.
Para Barbara..
Autor..
Pedro M. Girón
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